miércoles, 9 de enero de 2013

El Mariachi (Robert Rodríguez) 1992

Con motivo de mi viaje a México, el pasado mes de Noviembre por fin me dio por ver una película que tenía pendiente desde hacía mucho tiempo pero que nunca me había atrevido a hacerlo por miedo a perder el tiempo inútilmente viendo un bodrio infumable. Me estoy refiriendo a la primera de las tres películas de la llamada “Trilogía de México” de Robert Rodríguez: “El Mariachi”. Al final me decidí a verla única y exclusivamente porque venía a cuento con mi viaje, pero lo primero que diré sobre ella es que, afortunadamente, sólo dura ochenta minutos. ¡Madre mía del amor hermoso, qué mierda más gorda! A continuación voy a tratar de analizarla de la forma más objetiva y comprensiva que me sea posible aunque creo que va a ser un trabajo bastante complicado.

“El Mariachi” es la historia de una venganza y de una confusión. “Azul” (Reinol Martínez) es un antiguo socio del narcotraficante “Moco” (Peter Marquardt). Por motivos que no quedan del todo claros, “Moco” acaba siendo multimillonario mientras que “Azul” queda relegado a ser un simple y vulgar guardia de la prisión de un pueblo sin que sus colaboraciones con “Moco” hayan sido jamás recompensadas. Harto de esta desigualdad de suertes, “Azul” exige a “Moco” que le pague lo que es suyo (que no sabemos ni qué ni cuánto es), pero “Moco”, lejos de complacer a su antiguo socio otorgándole lo que le pide, manda a sus hombres para que lo maten sin que estos lleguen a conseguirlo. A raíz de este intento de asesinato frustrado, “Azul” clama venganza y, provisto de una funda de guitarra llena de armas, se desplaza a Ciudad Acuña donde “Moco” tiene su base de operaciones para acabar con él y con todos sus hombres. Es precisamente en Ciudad Acuña donde un joven mariachi (Carlos Gallardo) se dirige sin más equipaje que su guitarra en busca de trabajo como músico en algún bar o taberna. La funda de su guitarra y su vestimenta oscura le traerá serios problemas en Ciudad Acuña donde será confundido con “Azul” por los hombres de “Moco”. En todos los problemas que le provocan esta confusión, “El Mariachi” sólo contará con la ayuda y el apoyo de “Dominó” (Consuelo Gómez), la camarera del único local que le ofrece trabajo como mariachi.

“El Mariachi” es una película de auténtico culto para los seguidores de Robert Rodríguez y fue la primera parte de la que posteriormente se convertiría en una trilogía formada además por las secuelas “Desperado” (1995) y “Érase una vez es México” (2003), eso sí, ya con Antonio Banderas como protagonista. Para el rodaje de “El Mariachi” Robert Rodríguez contó únicamente con un presupuesto de 7.000 dólares pero aún así, en los años siguientes recibió gran cantidad de premios por ella como por ejemplo son el Premio de la crítica en el Deauville Film Festival de 1993, el Premio de la audiencia a la mejor dramatización en el Sundance Film Festival de 1993, el Premio Independent Spirit Award al mejor director y productor en 1994 y el Premio ACE a la mejor ópera prima también en 1994.

Dejando ya la objetividad y los datos meramente informativos a un lado (ya no aguanto más), sólo puedo decir que a mí “El Mariachi” me parece una auténtica y descomunal montaña de estiércol cinematográfico. Ni la historia es original (una puta confusión resuelta a tiro limpio), ni la trama está bien trazada, ni los diálogos son complejos o inteligentes, ni los personajes están bien interpretados, ni los ambientes están bien creados, ni los trabajos de realización están depurados, ni la fotografía es clara, ni la banda sonora es buena, ni los “gags” presuntamente cómicos hacen gracia, ni absolutamente nada de nada de la película tiene un ápice de calidad. Sólo viendo el reparto uno ya se puede dar cuenta de que no estamos hablando de un elenco de actores que destaque por su currículum cinematográfico precisamente. Prueba de ello es que en “Desperado” se quitaron de encima a Carlos Gallardo dándole un papelillo más terciario que secundario. Pero ya no son sólo los actores lo que crujen por todos los lados, es que la cámara se mueve, el sonido es lamentable y la historia en sí no tiene ni pies ni cabeza. Vamos, un auténtico despropósito.

Todos los premios y reconocimientos cinematográficos que en su día se le otorgaron a “El Mariachi” están muy bien y todo lo que queramos, pero a mí personalmente para lo único que me sirven a mí es para confirmar mis sospechas de que el trabajo de los críticos cinematográficos es uno de los trabajos más fáciles y más inútiles del mundo; y que a la hora de decidir sobre si ver una película o no jamás deben ser tenidos en cuenta porque la mierda más grande del universo pueden llegar a convertirla en una obra maestra únicamente con cuatro artículos de opinión positivos y tres estatuillas de hojalata otorgadas en una gala. Lamentable.

sábado, 5 de enero de 2013

El Caballero Oscuro: La leyenda renace (Christopher Nolan) 2012

Para terminar con el ciclo de reseñas de las películas de Batman dirigidas por Chistopher Nolan que empecé allá por el mes de Agosto, por fin le toca el turno a la tercera de la por ahora trilogía: “The Dark Knight rises” o como se ha traducido aquí en España: “El Caballero Oscuro: La leyenda renace”. Fui a verla al cine cuando la estrenaron pero no he querido reseñarla antes porque las películas que voy a ver al cine me gusta verlas una vez más antes de escribir sobre ellas. Entre los imbéciles que llegan tarde a la sala y buscan sus butacas a oscuras sin importarles un carajo si molestan a la gente que tienen tras ellos o no, y los típicos babosos que sorben sus refrescos cuales osos hormigueros, que desempapelan caramelos y galletas y que rascan con ansia sus cajas de palomitas en busca de un puñado de ellas que echarse a la boca como si llevaran cuatro días sin comer ni cenar, al final uno siempre acaba perdiéndose algún detalle de la película. Así que, una vez revisionada tranquilamente en el DVD de casa, creo que ya estoy en disposición de hablar con criterio sobre ella.

Tras la falsa autoinculpación por la muerte del fiscal del distrito Harvey Dent (ya convertido en el malvado villano Dos Caras) cuando éste trataba de asesinar al Comisario Gordon y a su familia, Batman se convierte en un fugitivo buscado por la justicia de Gotham. Eso, sumado a la entrada en vigor de la estricta Ley Dent con la que la ciudad se mantiene limpia de crimen y delincuencia, acaba provocando la retirada de Batman de las calles durante ocho largos años. Bruce Wayne (identidad real de Batman por si alguien va un poco perdido a estas alturas, que todo podría ser), por su parte, también permanece durante todo este tiempo retirado de la escena pública y de los actos sociales a los que solía acudir, convirtiéndose en una especie de ermitaño que vive enclaustrado en su mansión, destrozado físicamente por las lesiones que su vida de superhéroe le han ocasionado y hundido psicológicamente por la trágica pérdida de su amada Rachel Dawes y por el triste final que se vio obligado a darle al superhéroe que un día creó con el fin de luchar contra el mal y la injusticia de Gotham City. Toda esta calma se rompe cuando en la vida de Bruce Wayne aparecen de forma prácticamente simultánea la ladrona Selina Kyle (Anne Hathaway), la millonaria Miranda Tate (Marion Cotillard) y el terrorista Bane (Tom Hardy). Todos ellos le acarrearán una serie de problemas que incluso llegarán a poner en peligro a la propia ciudad de Gotham, y a salir de los cuales le ayudarán, como siempre, el Comisario Gordon (Gary Oldman), su mayordomo Alfred (Michael Caine), el ingeniero de Industrias Wayne Lucius Fox (Morgan Freeman) y el joven agente de la policía de Gotham John Blake (Joseph Gordon-Levitt).

Lo primero que tengo que decir de “El Caballero Oscuro: La leyenda renace” es que, con diferencia, se trata de la más floja de las tres películas de Nolan. “Batman begins” fue el comienzo de la historia y causó verdadera sensación al suponer un cambio radical con respecto a las anteriores películas de Tim Burton y Joel Schumacher, con un reparto excepcional y una seriedad hasta ese momento inédita en lo que a adaptaciones al cine de las historias de Batman se refiere. Por lo que respecta a “El Caballero Oscuro”, ni qué decir tiene que es una película que ya ha pasado a formar parte de la historia del cine por la magistral interpretación del malogrado Heath Ledger dando vida al Joker. En cambio “El Caballero Oscuro: La leyenda renace” no aporta absolutamente nada por lo que podamos destacarla o por lo que en un futuro pueda ser recordada. Se trata de un buen “film” de acción, con unos efectos especiales justos, creíbles y muy bien conseguidos, pero la historia en sí no resulta demasiado original y, pese a no ser aburrida ni mucho menos, no deja de ser la clásica historia del malo malísimo que se apodera de una ciudad con bomba atómica apunto de estallar incluida, y en la que los buenos buenísimos se unen ante la adversidad para arrebatarle el control al malo y devolver al pueblo la paz y la armonía. Pero lo peor de todo es que en esta ocasión Batman como tal prácticamente no aparece en toda la película. Los personajes principales de “El Caballero Oscuro: La leyenda renace” son Bruce Wayne, el agente John Blake, el Comisario Gordon, Catwoman y Bane, pero lo que es Batman con el traje negro, la máscara y la capa, me atrevería a decir que no aparece ni durante media hora en la totalidad de la película.

Para mí lo mejor de toda la película es la aparición de Catwoman. Igual decir que lo mejor de una película es la tía buena queda como el típico comentario machote, pero es totalmente cierto. Y ya no es sólo por el precioso rostro, los enormes ojos y el espectacular físico enfundado en un traje de licra negro de Anne Hathaway (que también), sino por el aire enigmático que le da al personaje, por lo bien que se maneja en el papel de “femme fatale” y por su magnífico estado de forma y el genial dominio de las artes marciales que demuestra. Quizás haya quien piense que la Catwoman de Michelle Pfeiffer con su traje de charol recosido es inmejorable, pero es que aquella no era del todo fiel al personaje de los cómics, aquella era una chiflada en busca de venganza y no una ladrona de guante blanco como sí ocurre con la Catwoman de Anne Hathaway.

En cuanto a Bane (Tom Hardy), John Blake (Joseph Gordon-Levitt) y Miranda Tate (Marion Cotillard), los nuevos personajes de esta entrega, pues simplemente decir que sus puestas en escena son del todo correctas y que no hay mucho que opinar, objetar ni resaltar sobre ellas aunque los tres son actores bastante poco expresivos, todo hay que decirlo. El caso de Bane es especial porque, un poco como ocurría con El Duende Verde en Spiderman, al tener el rostro prácticamente tapado por la máscara resulta imposible juzgar demasiado sus dotes interpretativas y su credibilidad a la hora de pronunciar esos discursos de llamamiento a la anarquía que hace el personaje, más propios de Sánchez Gordillo que de un tío como un armario ropero de grande. Pero bueno, lo dicho, nada que objetar. Por lo que respecta a los personajes de Bruce Wayne (Christian Bale), el Comisario Gordon (Gary Oldman), Alfred (Michael Caine) y Lucius Fox (Morgan Freeman), pues nada que no dijera en la primera de las reseñas. Todos ellos son grandísimos actores interpretando personajes a los que ya habían encarnado en dos ocasiones, así que era harto improbable que en “El Caballero Oscuro: La leyenda renace” defraudaran a alguien.

Aunque el final de “El Caballero Oscuro: La leyenda renace” deja una puerta abierta para posibles secuelas, mi opinión es que deberían dejar la historia y el personaje como está porque tratar de exprimir más el limón sería un error. La saga como trilogía ha quedado muy bien y en ella han salido grandes personajes de las historietas de Batman como son Ra's Al Ghul, el Espantajo, el Joker, Dos Caras, Catwoman, Bane y Thalia Al Ghul. Efectivamente faltan personajes tan míticos como el Acertijo, el Pingüino, Mr. Freeze, Hiedra Venenosa y un largo etcétera, pero tampoco creo que sea necesario sacarlos a todos (y más cuando alguno de ellos es ridículo de cojones), así que, por favor, que lo dejen ahí.

martes, 1 de enero de 2013

Feliz 2013

Estimados lectores del blog de El Artista Multimedia:

Nuevamente me vuelvo a dirigir a vosotros para desearos a todos un feliz año 2013 y que la situación económica y social que se está viviendo a lo largo de todo el planeta os afecte en la menor medida posible. Son momentos duros que tenemos que afrontar con filosofía, actitud positiva y permaneciendo unidos todos aquellos que somos susceptibles de ser jodidos de alguna u otra forma.

Como ocurrió en el año 2011, durante este 2012 también he tenido temporadas de ausencia prolongada en el blog, causados principalmente por importantes picos de trabajo con viajes al extranjero incluidos. Ha sido un año de eventos importantes, de viajes, de estrenos de películas y de publicaciones de discos fantásticos, pero por falta de tiempo me ha sido imposible dar cuenta de todo y alguna cosa se me ha quedado en el tintero. El caso es que, con más o menos tiempo para dedicarle al blog, aquí estamos un año más (y ya vamos por el séptimo) para seguir dando guerra por la red.

Sin mucho más que decir, El Artista Multimedia os desea a todos lo mejor para este 2013 y os manda un cordial saludo.