domingo, 11 de diciembre de 2011

Starfield Cabriolet

Y van tres. Cuando decidí comprarme mi primera guitarra eléctrica quise darme el capricho de que ésta fuera igual o parecida a la Gibson Les Paul Custom negra que usaba uno de mis ídolos musicales, el guitarrista Juan Valdivia de Héroes del Silencio. Como igual no podía ser por motivos económicos (una Gibson Les Paul Custom original ronda los 3.000 Euros), me compré una lo más parecida y de la máxima calidad posible: Una Epiphone Les Paul Custom. A pesar de ser preciosa y de tener un sonido espectacular y bastante fiel al de una Gibson original, la delicadeza de su esmalte (se raya sólo de mirarla) y su exagerado peso (debe andar por los 5 Kilos) hicieron que cuando empecé a ensayar semanalmente me plantease hacerme con otra algo más barata, bastante más ligera y que no me importase demasiado si se llevaba algún hostión en el metro ni maltratarla en el local de ensayo. Fue entonces cuando adquirí mi Squier Bullet-Strat de color verde surf. En la tienda había guitarras de precio similar y seguro que de mejor calidad, pero he de reconocer que el color verde chicle de menta de su cuerpo me hipnotizó completamente desde fuera del escaparate y no pude evitar comprármela. Con ella ensayé durante dos años, grabé una maqueta y toqué en directo en cuatro ocasiones, pero a pesar de llevar el sello Fender en su pala, con el paso del tiempo se fue deteriorando sonando cada vez peor y me vi obligado a volver a recuperar mi Epiphone Les Paul Custom. Después de tocar en directo dos veces con ella y de realizar alguna grabación, acabé nuevamente hasta los huevos de cargarla a la espalda semanalmente y volví a plantearme la adquisición de otra guitarra que me diese la comodidad que me daba la Squier pero que fuese de una calidad algo superior. Fue entonces cuando apareció de la nada mi amigo y maestro Juan Pineda con una Starfield Cabriolet de segunda, tercera o cuarta mano, quién sabe.

Según he podido saber a través de Internet, Starfield Guitars Company nació como empresa subsidiaria de Hoshino Industries. Inicialmente Starfield tenía tres líneas de fabricación: Corea, Japón y Estados Unidos, y en todas ellas la producción era compartida con la casa Ibanez. Las gamas fabricadas en Corea y Japón fueron destinadas a la venta al gran público mientras que la producción de más alta gama realizada con el sello “Made in USA” se ensamblaba, acababa, y distribuía desde la Custom-Shop de Ibanez ubicada en California. Las guitarras y algunos amplificadores de la marca Starfield vieron la luz en los años 70 pero finalmente la empresa tuvo que cerrar entre los años 1994 y 1995 debido a sus bajas ventas ya que nunca consiguió establecer su propio nicho de mercado. A mediados de los 70 Starfield creó una imitación de Les Paul y una guitarra de caja, ambas de gran calidad. Finalmente Starfield cambió de logo y se centró en dos modelos base: La Cabriolet y la Altair. La Cabriolet estaba inspirada en la Fender Telecaster y la Altair era una extraña evolución de la Fender Stratocaster. Ambos modelos estaban equipados con un puente Wilkinson, herrajes de primera calidad y pastillas Seymour Duncan en la mayoría de los casos.

El modelo que me consiguió mi amigo Pi y que podéis apreciar en la siguiente imagen, es una Starfield Cabriolet producida en Japón. No sé de dónde habrá salido, a quién habrá perteniecido, ni la historia que tendrá detrás suyo esta guitarra, lo que sí sé es que, a pesar de estar tuneada y de llevar instalado un extraño hardware de efectos en su interior, ésta suena de maravilla y cumple todas las expectativas de comodidad y ligereza que andaba yo buscando en una guitarra. A ver cuánto me dura o cuándo me canso de ella.


Autor: El Artista Multimedia, al final dará con la buena.

1 comentario:

Frank Zappatilla dijo...

Artista! Menuda guitarra guapa te has pillado. Estás hecho un coleccionista.

Un abrazo!