jueves, 25 de marzo de 2010

Las consecuencias (Enrique Bunbury) 2010

Cada nueva publicación discográfica de Enrique Bunbury se convierte en todo un acontecimiento a nivel internacional. De igual forma que con la llegada de la primavera los animales del bosque salen de sus madrigueras, los almendros florecen y los ingleses borrachos invaden Lloret de Mar; con la edición de cada nuevo LP del hasta que se muera ex-cantante de Héroes del Silencio, los fans de todos los rincones del planeta se vuelven completamente locos e inundan desmesuradamente foros, blogs, páginas web, redes sociales y cuentas de correo electrónico ajenas con todo tipo de noticias, fotos, comentarios e impresiones relacionadas con el artista aragonés. Es justo esa la fase en la que actualmente nos encontramos tras la publicación el pasado mes de Febrero de “Las consecuencias”, el octavo disco en solitario de Bunbury.

Cuando Enrique Bunbury comenzó a promocionar el que iba a ser su futuro nuevo trabajo discográfico por programas de televisión, revistas de música y emisoras de radio, definiéndolo como “un disco de cámara”, yo personalmente me dije “¡Ay Dios!”. Tras volver a saborear las mieles del rock & roll con su regreso a Héroes del Silencio, y después de abandonar al Huracán Ambulante y reclutar a una nueva formación de corte claramente rockero para la publicación de “Hellville De Luxe”, parecía que Bunbury había vuelto a la senda que, en mi opinión, nunca debió haber abandonado. Pues no, ni por asomo. Si bien es cierto que parece que los tangos, los corridos, las influencias latinas y de la música tradicional han quedado atrás, en “Las consecuencias” cuesta verdadero trabajo encontrar un riff o un solo de guitarra eléctrica. Podría decirse que se trata de un disco acústico con influencias del folk americano y con algunas partes eléctricas muy puntuales. Tanto es así que recuerda más a un disco de su amigo Nacho Vegas (con el cual grabara “El tiempo de las cerezas”) que a uno de Enrique Bunbury. Aunque a decir verdad, llega un momento en que uno ya no sabe cómo suena realmente Enrique Bunbury.

“Las consecuencias” es un disco verdaderamente atípico dentro de su discografía. No sólo por el hecho de haber dado más importancia a las guitarras acústicas que a las eléctricas en su sonido sino porque, de los diez temas que componen el disco, la canción elegida como single para su promoción ha sido una versión del tema “Frente a frente” de Janette interpretada a dúo con Miren Iza, vocalista del grupo Tulsa. Bunbury ha grabado a lo largo de su carrera diversas versiones de John Lennon, Tequila, Santiago Auserón, José Alfredo Jiménez y un largo etcétera, pero siempre han sido publicadas como caras B de sus EP’s. Lo que nunca había hecho hasta ahora había sido publicar una versión de un tema de otro artista como single promocional y mucho menos cantado a dúo. Eso siempre y cuando “El hombre delgado que no flaqueará jamás” no sea considerada como una versión de Pedro Casariego, claro está. En cuanto a las letras de las canciones, pues como viene siendo habitual en él, estas hablan de una forma más o menos velada de él mismo, de su vida, de sus problemas, de su carácter y de sus relaciones personales. Nada nuevo en este aspecto.

Por lo que respecta a la voz, parece ser que se ha dado cuenta de que tiene una voz lo suficientemente buena y característica como para no tener que deformarla o tratar de cambiarla. En este disco ya no intenta imitar ni a Nick Cave, ni a Bob Dylan y ya no pone acentos latinoamericanos extraños en un tío de Zaragoza. Aquí Enrique Bunbury canta como Enrique Bunbury que es más que suficiente.

Como conclusión, podría decir que a mí “Las consecuencias” es un disco que me deja bastante indiferente, un disco que no me molesta escucharlo pero que no me aporta absolutamente nada y que en ciertos momentos incluso me aburre como una ostra. De él rescataría algunos temas que, aunque no sean nada del otro mundo, no están mal en los tiempos que corren. Estos son la versión de “Frente a frente” comentada anteriormente y los temas “Los habitantes”, “Es hora de hablar” y “Nunca se convence del todo a nadie de nada”, una canción cuya letra fue escrita para el grupo aragonés Niños del Brasil pero que ahora Enrique Bunbury ha grabado para él mismo. Muy propio de Enrique Bunbury esto de escribir letras para otros y luego grabárselas él. A eso le llamo yo reciclaje lírico.

1 comentario:

Nagual dijo...

Muy buena critica